Fran Ortiz Roca, de 35 años, es el CEO de Grupo Ormo. Se formó en Publicidad y Relaciones Públicas en Blanquerna y asumió la dirección del grupo a los 33 años, tras la transición de liderazgo de su abuelo, Magí, y su padre, Francesc. Creció inmerso en la empresa familiar, trabajando desde joven en distintas áreas, lo que le permitió conocer el negocio desde dentro.
Bajo su liderazgo Grupo Ormo ha seguido evolucionando, diversificándose en sectores como la comunicación, la impresión, la edición y el marketing olfativo. Su enfoque estratégico se basa en la adaptación constante, la innovación y la integración de nuevas tecnologías para fortalecer la compañía.
En esta entrevista, nos comparte su visión, los desafíos a que se ha enfrentado y hacia dónde quiere dirigir Grupo Ormo en los próximos años.
Grupo Ormo es una empresa con una larga trayectoria familiar, ¿cómo ha sido para ti asumir el liderazgo de un grupo con tanta historia?
Crecí inmerso en la empresa familiar y, desde pequeño, pude comprobar que siempre estaba presente en las conversaciones de sobremesa, en las reuniones navideñas entre mi padre y mi abuelo, e incluso durante las vacaciones, cuando mi padre seguía atendiendo llamadas de trabajo. Al principio, la empresa era como algo más de mi entorno, un lugar al que iba en verano, pero con el tiempo empecé a tomarlo más en serio. Siempre tuve claro que quería formar parte de la empresa y, en realidad, nunca me imaginé trabajando en otro sitio porque lo veía como un sueño, algo que siempre había visualizado.
A medida que avanzas primero aprendes, luego lideras pequeñas áreas y, poco a poco, empiezas a creer que realmente puedes asumir mayores retos. Sin embargo, cuando tomas un rol de dirección y responsabilidad, el peso de la historia se empieza a notar. Saber que mi abuelo la fundó y que mi padre la hizo crecer la verdad es que impone respeto, aunque al mismo tiempo me motiva. Es una gran responsabilidad, pero intento siempre afrontarla con entusiasmo y ganas de seguir construyendo sobre lo que ellos lograron.
¿En qué sectores opera Grupo Ormo?
Una de nuestras principales fortalezas es la diversificación. Operamos en tres sectores clave: publicidad y comunicación, a través de Ormodesign y Zonaplotter; el sector editorial, con Ormobook y dos editoriales infantiles; y el marketing olfativo, con Aromafy que, básicamente, también forma parte del ámbito de la comunicación.
Podemos definirnos como un grupo de comunicación, ya que cada una de nuestras empresas ofrece soluciones integrales a nuestros clientes, siempre de manera in-house. Abarcamos desde la producción hasta la creación de contenidos, incluyendo el ámbito digital, garantizando así un servicio completo y especializado en cada uno de estos sectores.
Tu abuelo Magí fundó la empresa y tu padre Francesc la consolidó, ¿cuál consideras que es tu misión en esta nueva etapa y qué enseñanzas clave has recibido de ellos sobre liderazgo y gestión empresarial?
El próximo año cumpliremos 70 años y mi objetivo es, como mínimo, alcanzar el centenario. A lo largo de nuestra historia, nos hemos caracterizado por la adaptación y la transformación constante, ajustándonos siempre a las necesidades del cliente y del sector. Nunca nos hemos conformado con hacer lo mismo, sino que hemos evolucionado en función de lo que demanda el mercado. Este es el mayor legado que he recibido de mi abuelo y de mi padre: la capacidad de adaptación como base del éxito empresarial.
Mi misión es clara: asegurar la continuidad de la empresa y, ojalá, que una nueva generación pueda tomar el relevo. Si mis hijos en el futuro quisieran formar parte de ella me encantaría que continuaran con este proyecto familiar.
En cuanto a lo que he aprendido de mi abuelo y de mi padre, la enseñanza más valiosa ha sido su visión emprendedora y su capacidad de anticiparse a los cambios. Siempre estaban pensando en nuevas oportunidades, en crear empresas y en buscar maneras de seguir creciendo. Esa mentalidad innovadora es algo que tengo muy presente en mi forma de liderar.
¿Sientes presión?
No, la verdad es que me siento muy bien respaldado. Tuve la suerte de contar con un gran mentor, mi padre, y ese aprendizaje siempre me acompañará. Saber que tengo una base sólida y el apoyo de un equipo comprometido me da confianza para afrontar los retos con determinación y entusiasmo.
¿Cuáles crees que han sido los pilares que han mantenido a Grupo Ormo vigente durante más de 65 años?
Para mí, los pilares fundamentales han sido tres. El primero es la capacidad de adaptación y transformación. Lo que hacemos hoy es muy diferente a lo que inició mi abuelo y, a su vez, distinto de lo que hacía mi padre hace 25 años. Evolucionar con el mercado ha sido clave para nuestra continuidad.
El segundo pilar es el equipo humano. La calidad humana y el compromiso de cada persona que ha formado parte de Grupo Ormo han sido esenciales en nuestra consolidación y crecimiento.
Y el tercer pilar es la prudencia financiera, algo que en catalán se expresa como «no estirar més el braç que la màniga». Hemos sabido ser previsores, ya que, cuando las cosas han ido bien, hemos guardado recursos y cuando han ido mal, esa previsión nos ha permitido resistir y seguir adelante.
Las malas lenguas me han dicho que hiciste prácticas en la empresa, ¿tienes alguna anécdota que contar?
Desde pequeño pasaba mucho tiempo en la empresa. Recuerdo que mi padre incluso iba los fines de semana, y yo aprovechaba para jugar con todo lo que había en el taller, aunque, a veces, acababa rompiendo algo (se ríe).
Más que unas prácticas formales, lo que hacía era trabajar en verano. En casa no querían que me estuviese sin hacer nada, así que con 10 o 12 años ya venía a la empresa. Me ponían en el taller, plegando folletos o sacando las planchas de impresión cuando teníamos Ormoplate, incluso tenía que sacarlas del horno. Con el tiempo, me dejaron hacer otras tareas como limpiar digitalmente imágenes con Photoshop e incluso atender llamadas en recepción. ¡Se podría decir que he hecho de todo!
Trabajaba al lado de Adrià, director de producción de Ormo desde hace muchos años, ayudando a los operarios y dando soporte en lo que hiciera falta. Poco a poco fui asumiendo más responsabilidades, pero lo que más me dejó huella fueron aquellos veranos enteros trabajando, despertándome a las siete de la mañana para ir con mi padre a la empresa y hacer de chico de los recados.
Al final del verano, esperaba que me pagaran algo, pero lo que recibía era una carta de mi padre donde me decía: «Espero que hayas aprendido lo que es madrugar, el sacrificio y la responsabilidad. Ojalá te sirva para el futuro.» También me decía cuánto había disfrutado de nuestras conversaciones en el coche de camino al trabajo y me dejaba un billete de 20 €, dependiendo del verano. Su mensaje siempre fue claro: lo importante no era el dinero, sino todo lo que había aprendido.

Desde que asumiste la dirección de Grupo Ormo, ¿cuáles han sido los principales desafíos a que te has enfrentado y cómo los has superado?
Entré en la empresa en plena crisis económica, en un momento muy delicado tanto para la compañía como para el sector, especialmente en el mundo editorial. Siempre digo que nuestra generación hemos sido “hijos de la crisis”, porque aprendimos a gestionar en tiempos difíciles, a ser más prudentes con los gastos y a tomar decisiones estratégicas con una visión de inversión clara.
Uno de los primeros desafíos importantes fue transformar Ormodesign. Por mi formación en Publicidad me sentía más cómodo en esa división, pero en ese momento solo había pérdidas económicas. Tuvimos que redefinir nuestro enfoque y adaptar el tipo de cliente al que nos dirigíamos. Fueron casi tres años de trabajo constante sin conseguir beneficios, recuerdo muchas conversaciones con mi padre en las que nos preguntábamos si realmente funcionaría. Pero yo estaba convencido de que si nos manteníamos firmes y hacíamos los cambios adecuados, lograríamos darle la vuelta a la situación.
Finalmente, con una visión más orientada a la expansión y al crecimiento sostenible, conseguimos salir de ese bache tras mucho esfuerzo y dedicación. Ahora, el enfoque ya no es solo alcanzar la estabilidad, sino seguir creciendo y consolidando lo que hemos construido.
¿Hacia dónde quieres llevar la empresa en los próximos diez años?
Hacer una previsión a diez años vista en un mundo que evoluciona tan rápido es complicado, especialmente con la llegada de la inteligencia artificial y los cambios constantes en el mercado. Incluso planificar a cinco años ya supone un gran reto.
A corto y medio plazo, me gustaría que las nuevas empresas que hemos creado recientemente, como Ormohub, Mediterrania Games y Aromafy, logren consolidarse y alcanzar los objetivos que nos hemos marcado para ellas año tras año. Por otro lado, en las empresas del grupo con más años de trayectoria, como Mediterrania, Ormobook y Ormodesign, estamos impulsando cambios estratégicos, y mi objetivo es que la dirección que estamos tomando se afiance y dé los resultados esperados.
En definitiva, más que una meta concreta a diez años, mi visión es que Grupo Ormo siga evolucionando de manera sólida, adaptándose a los cambios del mercado y manteniendo siempre la esencia de innovación y crecimiento que nos ha caracterizado.
¿Cómo definirías tu estilo de liderazgo y qué consejo le darías a alguien que asume la dirección de una empresa familiar?
Para mí el liderazgo se basa en el ejemplo. Si quieres que el equipo se comprometa, cumpla objetivos y trabaje con dedicación, primero tienes que demostrarlo con tu propio esfuerzo y sacrificio. Liderar no es solo dirigir, sino involucrarse activamente y ser una referencia para los demás.
¿Un consejo para alguien que asume la dirección de una empresa familiar?, pues le diría que aproveche todo lo aprendido de las generaciones anteriores, pero que no se limite a copiar su modelo. Es fundamental entender el por qué de sus decisiones y adaptarlas a los nuevos tiempos, a tu propia forma de ser y a tu estilo de liderazgo. Debe encontrar un equilibrio entre respetar la experiencia del pasado y evolucionar con una visión propia, quedándose con lo que sigue siendo valioso y transformando aquello que necesita un enfoque diferente.
¿Cómo fomentas una cultura de innovación dentro de la empresa y qué importancia tienen las nuevas generaciones en su evolución?
La cultura de la innovación es algo innato dentro de Grupo Ormo. No es solo una estrategia, es una forma de trabajar que comparten tanto quienes llevan muchos años en la empresa, como Òscar, José Antonio, Jorgina, Sergi Montalvo o Adrià, como las nuevas incorporaciones más jóvenes, como Laura Servitja, Ana Hurtado, Inés Pich, Paula Roldán o Carla Galbas. Todos van en la misma dirección, aprendiendo unos de otros y aportando nuevas ideas. Aquí, cualquier propuesta se escucha, se analiza y, si es viable, se desarrolla.
Estamos en un sector donde la innovación, además de ser una ventaja competitiva, es una necesidad. La evolución de la tecnología y la inteligencia artificial han cambiado las reglas del juego, y creo que una de nuestras fortalezas ha sido no ver estos cambios como una amenaza, sino como una oportunidad. Adaptarnos y evolucionar nos ha permitido seguir creciendo, y las nuevas generaciones juegan un papel clave en este proceso, aportando nuevas perspectivas y ayudando a impulsar esta transformación.
¿Qué opinas sobre la siguiente afirmación?: «Si un empleado se va por culpa de la cultura, nunca volverá por un buen sueldo”.
Estoy totalmente de acuerdo. En las empresas y, especialmente en las familiares, la cultura y los valores juegan un papel fundamental. Más allá del salario, lo que realmente retiene a un trabajador es la conexión con la forma de hacer las cosas, con el equipo y con la filosofía de la empresa.
Si alguien no se siente en armonía con la cultura organizativa o no logra adaptarse a la manera de trabajar, difícilmente podrá comprometerse a largo plazo, por mucho que la retribución sea atractiva. Existen aspectos como la actitud, la implicación y la lealtad que no se pueden comprar con dinero: se tienen o no se tienen. Y cuando un empleado se marcha porque no comparte esos valores, es muy difícil que vuelva solo por una cuestión económica.
Si tuvieras que recordar una anécdota especial de tu trayectoria profesional, ¿cuál elegirías?
Es difícil elegir solo una, pero hay tres momentos que me han marcado especialmente.
El primero fue cuando decidí trabajar en Ormo después de terminar la universidad. Se lo comuniqué a mi padre y me llevó a un restaurante para hablarlo. Allí sacó una lista de cosas que debía y no debía hacer en una empresa familiar: dar ejemplo, ser el primero en llegar, asumir responsabilidades… Fue una conversación que me marcó y que hasta el día de hoy tengo muy presente.
El segundo fue cuando comencé a trabajar en Ormodesign junto con Marc Pou, los dos enfocados en la parte de ventas. Contábamos con el respaldo de Adrià, Sebas y Sergi, pero era una división que estaba en pérdidas económicas. Recuerdo lo duro que trabajamos para darle la vuelta a la situación, y el primer año en el que logramos generar beneficios fue un éxito enorme para todo el equipo.
El tercero fue cuando asumí el rol de dirección general de la empresa. Fue un paso importantísimo y, además, todo un desafío, pero estaba muy motivado. Sentir que asumía esa responsabilidad para liderar el futuro de la empresa fue un momento clave en mi trayectoria.
Si pudieras invitar a cenar a cualquier persona (viva o histórica), ¿quién sería y por qué?
Es una elección difícil porque hay muchas personas que han influido tanto en mi vida personal como profesional. A lo largo del tiempo, he aprendido de distintas fuentes, ya sea leyendo artículos o viendo podcasts.
Sin embargo, una persona de la que actualmente estoy aprendiendo mucho y cuya forma de liderar y hacer crecer sus proyectos me parece muy interesante es José Elías. Su visión estratégica, su capacidad para innovar y expandir negocios, así como su mentalidad emprendedora, lo convierten en un referente. Me gustaría poder compartir una conversación con él para conocer más sobre su manera de liderar.
Cada empresa de Grupo Ormo tiene su propia identidad, ¿qué destacarías de cada una de ellas?
Cada empresa dentro de Grupo Ormo tiene una esencia propia, pero todas comparten un mismo ADN basado en la adaptación y la innovación.
Ormodesign, se caracteriza por su capacidad de adaptación a las necesidades de cada cliente. Es un reflejo de la cultura general del grupo: no saber decir no, sino encontrar soluciones y ofrecer un servicio integral in-house, garantizando rapidez, calidad y flexibilidad.
Zonaplotter es nuestro e-commerce especializado en impresión de gran formato, orientado tanto a pequeños consumidores como a profesionales que buscan soluciones de impresión de manera rápida, accesible y con alta calidad.
Editorial Mediterrània y Nanit están centradas en la creación de libros familiares sobre arte, cultura, naturaleza y música. Además, desarrollan libros por encargo y contenidos para museos, con el objetivo de acercar estos temas al público de forma didáctica y atractiva.
Ormobook se especializa en la creación de contenidos corporativos, institucionales y editoriales. Su enfoque está en desarrollar publicaciones que transmitan de manera efectiva la identidad, valores y mensajes de cada entidad con la que trabajamos.
Aromafy ofrece a nuestros clientes estudios de marketing olfativo y aromatización de espacios. Su propósito es ayudar a las marcas a reforzar su identidad a través del sentido del olfato, creando experiencias sensoriales que generan impacto y fidelización.
Ormohub es nuestro estudio creativo, diseñado para integrar y potenciar todas las áreas de Grupo Ormo. Su objetivo es conectar sinergias entre las diferentes empresas, optimizando recursos y ofreciendo soluciones innovadoras que engloben todos nuestros servicios.